sábado, 19 de septiembre de 2020











Los jueces del TOFC N°4 de San Martín, Esteban Rodríguez Eggers y Matías Mancini, realizaron este jueves una visita ocular al predio de Campo de Mayo al que fueron llevadas las víctimas de la represión a la Contraofensiva de Montoneros. A diferencia de las recorridas por ex Centros Clandestinos en otros juicios, que habitualmente son acompañadas por testigos y querellantes, la visita estuvo guiada por el Mayor del Ejército Nicolás Liguori, lo que le dio cierto aire de frialdad al trámite judicial. También se reconocieron dos casas aledañas señaladas en sus testimonios por Silvia Tolchinsky y Lidia Borda.
También participaron la fiscal Gabriela Sosti; el abogado querellante, Pablo Llonto; los defensores, Lisandro Sevillano, Fernando Vázquez Pereda y Hernán Corigliano; peritos de Gendarmería; la abogada Mariana Maurer por el Ministerio de Defensa; y un equipo de El Diario del Juicio. Compartimos un informe fotográfico de nuestro compañero Gustavo Molfino. Su madre, su cuñado y su hermana desaparecidas, pasaron por Campo de Mayo. Su sobrino, nieto recuperado, fue apropiado en la maternidad(Por El Diario del Juicio*) 

📷 Fotos 👉 Gustavo Molfino

📷 Selección de fotos 👉 Martina Noailles/Fernando Tebele

 ✍️ Textos 👉 Martina Noailles/Fernando Tebele

👆 Foto de portada  👉 En ese predio funcionó el Batallón de Inteligencia 201 del Ejército. Hoy continúa cumpliendo tareas de inteligencia. A ese lugar no se pudo ingresar aunque algunos testimonios aseguran que allí funcionó un "Centro de reunión de detenidos", como les decían a los centros clandestinos de detención, tortura y exterminio, al que se conocía como Las Casitas📷 Foto 👉 Gustavo Molfino/El Diario del Juicio
👆 Pasadas las 10 y cuando el sol aún no obligaba a sacarse los abrigos, comenzó la recorrida. En el Laboratorio de Remonta y Veterinaria, el presidente del tribunal, Esteban Rodríguez Eggers, anunció cuál sería el camino. Fue señalando las paradas en un enorme mapa apoyado sobre el capot del auto de la secretaria Natalia Corso de Castro.
📷 Gustavo Molfino/El Diario del Juicio

👆 La primera parada fue en la Arboleda de los 5000. En su declaración del día 8 de este juicio, el ex Cabo Nélson González dijo que en ese sector existía un centro clandestino: “Siempre se supo que había personas detenidas que era en 'La Escuelita', que era de la Escuela de Comunicaciones, unos 500 metros para adentro, al lado de la arboleda de los 5000". Hoy en el terreno sólo hay acacias repletas de filosas espinas.
📷 Gustavo Molfino/El Diario del Juicio


👆 Los jueces Matías Mancini, con camisa blanca arremangada, y Esteban Rodríguez Eggers, fueron guiados por el Mayor del Ejército Nicolás Liguori. La querella de Pablo Llonto había solicitado que las indicaciones pudieran ser realizadas por Stella Segado, testigo de este juicio, y Marcelo Castillo, quien coordinó el grupo del Equipo Argentino de Antropología Forense que trabajó en Campo de Mayo, pero los jueces denegaron el pedido, con el argumento de que deberían haber sido testimoniales en el marco de la visita, que técnicamente es una audiencia más dentro del juicio. 
📷 Gustavo Molfino/El Diario del Juicio



👆 Lo más cerca que se llegó del centro clandestino conocido como El Campito, ya demolido, fueron dos construcciones posteriores a la dictadura. En una de ellas, mientras los jueces revisan el mapa, se observa una de las pocas referencias en todo el predio a lo sucedido en Campo de Mayo. Es una foto de Floreal Avellaneda, El Negrito, un militante de la Federación Juvenil Comunista, secuestrado cuando tenía 16 años. Su cuerpo apareció en la costa ribereña uruguaya. Las pocas señalizaciones quizá tengan como explicación que el predio, de 8 mil hectáreas, continúa en manos de la misma fuerza que fue parte del genocidio, a diferencia de tantos otros ex centros de torturas y desapariciones que se convirtieron en sitios de memoria.
📷 Gustavo Molfino/El Diario del Juicio


👆 Una de las flores del recuerdo para Avellaneda, a la vera de la construcción abandonada. En la zona posterior de ambos lugares, el EAAF realizó excavaciones en busca de restos humanos. Un colimba declaró en la megacausa Campo de Mayo que cuando levantó la tapa de un aljibe, ubicado cerca de un tanque de agua, vio restos óseos. El resultado de la intervención del EAAF fue negativo. A unos 1200 metros de allí, según la indicación del mayor que guió el recorrido, se ubica el aeródromo de donde -en
palabras del cabo González-, partían vuelos que tiraban personas al mar: "En la compañía de aviación, ahí están todos los aviones, los famosos aviones Fiat, y los vuelos de la muerte salían de ahí, de Campo de Mayo". 
📷 Gustavo Molfino/El Diario del Juicio












👆 La abogada Mariana Maurer participó por el Ministerio de Defensa. Aquí se la ve en una charla con Pablo Llonto, el abogado de la querella mayoritaria.
📷 Gustavo Molfino/El Diario del Juicio


👆 Por caminos diferentes caminan la fiscal Gabriela Sosti, encargada de sostener la acusación por el Ministerio Público Fiscal, y Lisandro Sevillano, el defensor oficial de 5 de los 7 acusados.
📷 Gustavo Molfino/El Diario del Juicio


👆  Peritos de Gendarmería fueron convocados sobre todo para medir distancias que contribuyeran a verificar los testimonios. Se movilizaron en un camión y vistieron trajes blanco de protección de pies a cabeza. Además, registraron fílmicamente su trabajo.
📷 Gustavo Molfino/El Diario del Juicio



👆  La jueza María Claudia Morgese Martín no participó de la visita pero en distintos momentos, los otros dos miembros del tribunal se comunicaron con ella por videollamada. Uno de ellos fue en la entrada del Polígono de Tiro, con el sonido de los disparos como telón de fondo. Dentro del predio donde se encuentra el polígono, otros disparos habrían fusilado hace 40 años, por lo menos, al Pato Zucker, a Federico Frías y a otras dos personas secuestradas, según señaló en su declaración el ex cabo Nélson González. El ex militar dijo ante los jueces que de la macabra ceremonia participaron algunos jefes del Ejército, entre los que estaba Cristino Nicolaides, y también “Sixto Ibáñez, el Mayor Surraco (de artillería, oficial de inteligencia) y el sargento primero Taborda”. 
📷 Gustavo Molfino/El Diario del Juicio


👆 El Mayor Liguori, siempre bien predispuesto, le señala un lugar en el mapa a la fiscal Gabriela Sosti, de campera color ladrillo.
📷 Gustavo Molfino/El Diario del Juicio

👆  Una placa del 2006 sobrevive al paso del tiempo frente al ingreso principal del Hospital Militar. Fue colocada por la "Comisión por la recuperación de la memoria de Campo de Mayo" la primera vez que pudieron ingresar al predio del Ejército. De los centros de exterminio, Campo de Mayo fue uno de los más criminales y de las 5 mil personas que habrían pasado por allí, hay muy pocas sobrevivientes.  
📷 Gustavo Molfino/El Diario del Juicio

 

👆 El lugar donde dieron a luz al menos 30 mujeres en cautiverio no fue punto de parada del recorrido. La maternidad clandestina está ubicada al lado del Hospital Militar, cercano a la entrada principal de Campo de Mayo, sobre la ruta 8. Las y los bebés que nacieron allí fueron arrancados de los brazos de sus madres. En el marco de un plan sistemático de apropiación, les robaron la identidad y muchos de ellos aún continúan sin conocer la verdad sobre su origen.  
📷 Gustavo Molfino/El Diario del Juicio
👆 Al salir del predio de Campo de Mayo, ya con el sol intenso del mediodía, los miembros del tribunal se dirigieron a Conesa 101. Esa casa de dos plantas, tipo chalet con techo de tejas, habría sido el segundo lugar de detención ilegal de Silvia Tolchinsky. Según el testimonio que brindó en este juicio el 19 de diciembre pasado desde Barcelona, en esa “quinta” compartió cautiverio con Héctor Archetti y con Antonio Lepere, durante los primeros meses de 1981. 
📷 Gustavo Molfino/El Diario del Juicio
👆 El último punto del recorrido fue la casa ubicada en la esquina de las calles Moine y Guido Spano, a algunas cuadras de la Puerta 4 de Campo de Mayo. Allí vivió la cantante Lidia Borda, su mamá y su pareja, Neri Roberto Madrid, quien en 1979 era sargento de Caballería en Campo de Mayo. Según declaró Borda, en la audiencia 28 de este juicio oral, Madrid llevó a esa casa distintos objetos que habrían pertenecido a Ricardo “Pato” Zucker y a Verónica Cabilla, secuestrados durante la Contraofensiva. Había un cenicero, que en su interior tenía el documento de Zucker, un medallón de plata con una figura indígena, un collar con mostacillas y una radio moderna. 
📷 Gustavo Molfino/El Diario del Juicio


*Este diario del juicio por la represión a quienes participaron de la Contraofensiva de Montoneros, es una herramienta de difusión llevada adelante por integrantes de La Retaguardiamedio alternativo, comunitario y popular, junto a comunicadores independientes. Tiene la finalidad de difundir esta instancia de justicia que tanto ha costado conseguir. Agradecemos todo tipo de difusión y reenvío, de modo totalmente libre, citando la fuente. Seguinos diariamente en https://juiciocontraofensiva.blogspot.com

6 comentarios:

  1. Indispensable El trabajo de La memoria que están realizando. Para que vuelvan Lis Abrazos

    ResponderEliminar
  2. Gracias a todos los Jueces, Abogados y a la valentía de los terstigos la utopía de Memoria Verdad y Justicia vencera al genocidio civico militar clerical

    ResponderEliminar
  3. Nunca más y recuperar la memoria, ni un paso atrás!!

    ResponderEliminar
  4. Para mí hacer Justicia no es sólo que se condene a los genocidas, es que se conozca y valore históricamente el esfuerzo y sacrificio que los Montoneros hicimos en las dos Contraofensivas, para apurar el fin de la dictadura. Esto no ha sido reconocido aún, porque la democracia emergente con Alfonsin en el '83, (y la debilidad del peronismo de la derrota), instauró la infame "teoría de los dos demonios", buscando confundir, para salvar su inexcusable complicidad con la Dictadura al prestarle cientos de cuadros radicales. Aportaba así el alfonsinismo además a una democracia de baja intensidad, que no viniese a reparar los tremendos daños causados por el golpe, sino a hacer un sana-sana, que no cuestione la dependencia...y ya sabemos cómo terminó.

    ResponderEliminar
  5. Desconocía la historia de Lidia Borda. Me gustaba como cantante, ahora mi admiración se multiplica.

    ResponderEliminar
  6. La justicia será plena cuando enjuiciemos y condenemos a les ideólogos del genocidio, los y las grandes empresarixs que se volvieron inmensamente ricos sobre la sangre de las y los compañeros...

    ResponderEliminar